Por Ricardo Tejerina
Ficciones (1944) es un libro de cuentos de Jorge Luis Borges, que por su contenido y características, es una de las obras más destacadas del autor argentino y de toda nuestra literatura. No obstante, en un sentido e interpretación más pedestre y local, ficciones es la realidad del distrito de Tres de Febrero.
Según revelara el concejal Diego Achilli (FdT), el municipio gasta la friolera de 800 millones de pesos por año en comunicación institucional y prensa. La cifra en cuestión, de por sí escandalosa, se ejecutaría a un sostenido promedio mensual de alrededor de 70 millones, siempre según la misma fuente, y el doble propósito que persigue es instalar la figura del intendente Diego Valenzuela y relatar cosas que, o bien no se hacen, o si se hacen no serían como se cuentan. En otras palabras una bellísima y sofisticada ingeniería de propaganda política y falsedad ideológica.
Por caso, se cita el promocionado proyecto de eliminación de la tasa de habilitación para el sector comercial e industrial. Según datos proporcionados a quien suscribe, la “contribución” del municipio rondaría los 6 millones de pesos anuales, que es lo que dejaría de percibir por el concepto eliminado. Pero, asimismo, la misma gestión le arranca al consumo 60 millones con el estacionamiento medido (SEM), impuesto creado durante la pandemia y ya ajustado en su coste.
En paralelo, el mismo concejal Achilli, denunciaba a principios de año, incrementos en la tasa de servicios generales (domiciliarios) superiores al 70%. Un despropósito que sólo se justifica por la voracidad recaudadora de un Estado burocrático que crece a diario como el universo, multiplicando reparticiones internas y cargos, muchos de ellos en poder de clanes vernáculos enquistados desde el inicio del gobierno del intendente del PRO o vinculados a favores y pagos políticos.
Así las cosas, Tres de Febrero, que dista mucho de hallarse en vías de desarrollo, puesto que carece de parque industrial, nuevos centros comerciales, hospital municipal y/o veterinario y terminal de ómnibus, o que no ha resuelto el flagelo de los residuos, el aseo y la higiene urbana o, incluso, la misma seguridad ciudadana, ve como determinadas industrias abandonan el territorio y su colectivo de 1500 Pymes y 5000 comercios no prosperan. Aunque, en la ficción y en el relato de la costosa propaganda oficial forma parte de un supuesto “conurbano”, que sería “tierra de oportunidades”. La pregunta obligada es: ¿para quién?
*El autor es escritor, licenciado en Gestión del Arte y la Cultura, y ex subsecretario de Cultura de Tres de Febrero.
PLAN V 5 de agosto, completo con la nota a Achilli