El Xeneize derrotó 2-1 a Atlético Tucumán y se metió en la discusión por el campeonato. Con esta victoria quedó a seis puntos de la cima. Noche soñada para el juvenil Langoni, autor de un doblete.
Boca ganó un partido que merecía por lo hecho sobre todo en el segundo tiempo, pero se le había complicado por sus propios fallos, y que tuvo sobre el final la polémica de un codazo de Carlos Zambrano al juvenil atacante Ignacio Maestro Puch, que todos podían tarjeta roja para el defensor peruano y penal para Atlético Tucumán, pero Jorge Baliño, a cargo del VAR, nunca se lo informó al árbitro Fernando Espinoza, que también lo ignoró.
En un encuentro intenso, los locales siempre tuvieron la iniciativa, pero solo por momentos tuvieron claridad para llegar al arco adversario. Los de Pusineri, después de ponerse en ventaja y cuando no lo merecía, tuvo dos contras para aumentar la ventaja pero no lo pudieron aprovechar.
El rendimiento de Boca en la primera etapa fue de mayor a menor. Los dirigidos por Hugo Ibarra salieron decididos a buscar el gol que abra el encuentro ante el tan inesperado como justo líder del certamen.
A los dos minutos un centro de Sebastián Villa, como siempre el mayor argumento ofensivo, dejó en posición de gol a Juan Ramírez, cuyo remate rebotó en Bruno Bianchi y Carlos Lampe desvió al córner.
A los 11 minutos un tiro libre de Romero, de floja tarea en el primer tiempo, fue contenido con esfuerzo por el arquero boliviano.
A los 14 minutos, un desborde de Frank Fabra no pudo ser conectado por Guillermo Fernández (junto a Luis Advíncula se limpiaron de tarjetas amarillas y tras cumplir la sanción en la próxima fecha ante Colón, podrán estar en la siguiente con River Plate) al lado del arco.
Sin embargo, en el primer ataque de los visitantes un centro de Ramiro Ruiz Rodríguez, uno de los destacados del puntero, encontró a Lotti solo con un cabezazo que dejó parado a Agustín Rossi para poner el inesperado 1 a 0. El golpe sorpresivo lo sintió Boca, que siguió manejando la pelota pero ya no creaba peligro. Entonces Atlético era más simple, esperaba y contraatacaba, y así lo tuvo dos veces Ruiz Rodriguez, en una tapó Rossi y en la otra su remate cruzó el arco.
Ya Boca no era el mismo y sobre el final de la etapa sonaba desde las tribunas el “moveté, Boca movete”, ya que estaba lejos del nivel de los primeros 15 minutos.
Pero en la parte final la visita se metió demasiado atrás y solo era sostenido por el buen trabajo defensivo de los zagueros Bianchi y Manuel Capasso y de su arquero, el ex Boca Juniors, Lampe.
El ingreso del juvenil Luca Langoni por Óscar Romero fue la clave para una victoria tan merecida como necesitada: El juvenil de 19 años, con un cabezazo cruzado tras un centro de Sebastián Villa a los 32 minutos y un fuerte remate a los 42, dio vuelta la historia.
Atrás quedaron entonces los gritos de desagrado de los hinchas del final del primer tiempo y ahora todo era festejo y el recuerdo hacia River, a quien Boca enfrentara en 15 días, ganó el espacio en La Bombonera.
El próximo rival de Boca será de visitante como quedó, frente a Colon en Santa Fe, mientras que el líder del campeonato jugará de local ante Banfield.
A. C