El Rojo volvió a sufrir errores arbitrales porque no le dieron un penal, aunque al menos sumó un punto tras dos derrotas.
Cuando los fanas del Rojo ya expresaban su bronca masivamente en Avellaneda, Iván Marcone cumplió su sueño de hincha y festejó el primer gol en Independiente para marcar el 2-2, aliviar a la gente y darle un respiro al equipo, que otra vez volvió a sufrir errores arbitrales…
Ya había mostrado severas distracciones Independiente, aunque el arquero Milton Álvarez lo había salvado y el ecuatoriano Cazares había metido el 1-0 en el momento más flojo del equipo de Falcioni. Sin embargo, después de una contra mal resuelta por Pozzo, el Rojo se descuidó otra vez y lo pagó con el gol del Mudo Juan Manuel Vázquez antes del cierre del primer tiempo.
En el arranque del segundo tiempo, el local siguió dormido y Barracas le aplicó otro golpazo, con un frentazo letal de Colmán. Así, Independiente quedó mareado, sin reacción, y los hinchas empezaron a expresar su bronca contra los futbolistas con una seguidilla de cantos, silbidos y murmullos. La desesperación del Rojo se topó, encima, con otra fallo arbitral adverso, porque ni al árbitro Pablo Echavarría ni los responsables del VAR interpretaron como sancionable la mano de Salvareschi en el área tras un remate de Márquez.
Independiente salió lanzado al ataque en el Libertadores de América frente a un Barracas que esperó en su campo con la intención de aprovechar los contraataques. Y el equipo de Falcioni generó dos claras situaciones de gol en los minutos iniciales. Primero, Benegas sacó un potente derechazo al primer palo que fue tapado con gran reacción por Saracho. Instantes después, el Rojo tuvo otra chance con un mano a mano del ecuatoriano Juanito Cazares, que volvió a ser bloqueado muy bien por el arquero del Guapo.
Después de esa ráfaga inicial del local, el equipo de De Paoli se acomodó, fue ganando terreno y confianza y llegó al arco de Independiente con un tiro libre y un zurdazo de Valenzuela que besó la cara posterior del travesaño mientras Milton Álvarez tenía controlada la situación. El arquero del Rojo también respondió con sobriedad y jerarquía ante otro bombazo del 7 de Barracas: la mandó al corner.
A. C