El Rojo se olvidó de las penas por una noche y pasó por arriba al Sabalero. Fue 3-0, con goles de Batallini, Leandro Fernández (la figura) y Benegas.

 

Mientras aguarda por la oficialización del retorno de Julio César Falcioni, el interino del interino, Juan José Serrizuela, se encargó de sacar a Independiente de la mala racha en Santa Fe. Con ocho cambios (modificó hasta el arquero), Jota Jota apostó al orden y la practicidad y logró que el Rojo goleara 3-0 a Colón para cortar con la sequía de seis fechas sin victorias (cinco derrotas y un empate). Además, fue el primer festejo afuera de Avellaneda en el torneo de un equipo que jugó suelto como si el hecho de haber fecha de elecciones al fin hubiera descomprimido hasta a los futbolistas.

La vuelta al triunfo tuvo un protagonista excluyente: Leandro Fernández. El delantero, que era de los pocos que se salvaba del incendio general en un equipo en caída libre en un contexto institucional preocupante, ratificó que es de lo mejor que tiene hoy el plantel rojo. Se cargó la elaboración y la ejecución del partido en el lomo y guió a sus compañeros de regreso a la felicidad de los tres puntos con asistencia y gol.

La jugada el primero de Independiente refleja el sacrificio y la claridad de Fernández, el líder del Diablo en el campo. Fue él el que bajó hasta la mitad de la cancha para colaborar en la marca. Se la quitó a Luis Miguel Rodríguez y salió disparado para el contraataque. Alan Soñora leyó sus movimientos y le cedió la pelota rápido, para que Fernández diera un pase perfecto para la diagonal de Damián Batallini. El platinado le sacó jugó a ese balón encendido y dio su primer grito con la camiseta del club de Avellaneda.

Fernández no paró ahí con su repertorio. Le generó tres situaciones de riesgo a Leandro Benegas, su compañero de fórmula, que falló en la definición. En la más clara, Ignacio Chicco le bloqueó un mano a mano. Colón era el dueño de la posesión, pero ante cada pérdida quedaba totalmente expuesto atrás por enormes espacios entre sus líneas.

Serrizuela no quiso complicarse y se basó en una ecuación simple: un 4-4-2 con nombres de mayor experiencia y Milton Alvarez en el arco por el tocado Sebastián Sosa. Cedió el control, priorizó el orden y buscó presionar para recuperar y lanzarse al ataque. El guión que escribió fue un éxito con la complicidad de un conjunto santafesino demasiado permisivo.

Algunos intentos fallidos del Pulga Rodríguez y remates con la mira descalibrada de Julián Chicco, Juan Sánchez Miño y Cristian Bernardi fue lo poquito que pudo elaborar Colón en su cancha.

Fernández engordó la diferencia después de un tiro libre. Y Benegas clavó el tercero de cabeza ya en el complemento. El VAR convalidó el tanto luego de que el asistente levantara de modo erróneo la bandera por un offside inexistente.

A. C