Pese a la insistente campaña de propaganda, del Intendente que tiene acceso a los medios para hacer su acting, Caseros se ha convertido en campo fértil para el asalto cobarde del mal de la época: los moto chorros.

 

Todos conocen a alguien que ha sufrido el ataque de delincuentes motorizados y que es un clásico argentino; los moto chorros. Defendido por políticos y abogados inescrupulosos, hasta se los ha tratado de romantizar como si fueran luchadores de la vida, por caso, lo hizo Grabois en mas de una oportunidad. Pero esta subespecie humana, busca lugares permeables para su accionar. Localidades donde la seguridad es para los funcionarios, como el Intendente o sus allegados, pero que el vecino en general, se encuentra desamparado.

Hace menos de una semana, hubo un brutal ataque en pleno centro de Caseros, Tres de Febrero, que se ha convertido en la CAPITAL NACIONAL DEL MOTOCHORRO. En la puerta de la tradicional Iglesia La Merced, a metros de Av San Martin, una de las más importantes vías del distrito dos personas que hablaban frente a la iglesia fueron víctimas de un brutal episodio llevado a cabo por dos delincuentes.

El hecho ocurrió el miércoles, pasadas las 14, frente al Instituto y la Parroquia Nuestra Señora de la Merced. Allí, dos motochorros sorprendieron a dos vecinos. Uno de ellos apuntó directamente contra la mujer, a quien en un primer momento intentó tironearle la cartera para robársela. La víctima se resistió y forcejeó para evitar que le quitaran sus pertenencias. Sin embargo, segundos después cayó al suelo y finalmente le arrancaron la cartera.

El ladrón corrió hasta a la moto, en donde un cómplice lo esperaba estacionado junto al cordón de la vereda. El hombre que acompañaba a la mujer, quien se alejó unos metros del lugar durante el ataque, regresó para intentar socorrerla cuando ya era tarde.

Este tipo de episodios ocurren a diario, en un distrito que no tiene seguridad y que la municipalidad y su Intendente están más preocupados en mostrarse en los canales y articular con comerciantes de Areco, Lujan o donde sea menester, tratando de instalar una poco creíble candidatura a Gobernador.

Mientras tanto, los vecinos esperan que alguien se acuerde de ellos.