Los naranjas le ganaron 3-1 a Estados Unidos con Dumfries como gran figura. Sufrió, pero pasó y ahora espera por la Argentina o Australia.
No es la Naranja Mecánica original, está claro, pero este Países Bajos tiene puntos fuertes bien marcados y que si la Selección le gana a Australia y pasa a cuartos deberá intentar neutralizar. El triunfo 3-1 contra Estados Unidos se encaminó con el estilo que Van Gaal pregona en este equipo con varios jóvenes de buen pie.
Su juego comienza con un bloque bajo y juego directo para aprovechar la transición a pura velocidad. Esta Naranja no presiona alto ni tampoco se vuelve loca por recuperar rápido la pelota. Retrocede líneas (el falso 9 Klaasen se suma a la línea de volantes) y con un 3-4-3 bien marcado apuesta a que sus laterales despeguen apenas se vuelve a tener posesión. Así le ganó a un digno Estados Unidos. Fue Dumfries, el lateral/volante del Inter, la gran figura del partido. En el primer tiempo ejecutó dos veces una jugada que está claramente preparada: llegada al fondo y centro atrás al punto del penal para la llegada de algún compañero lanzado. A los 10’ fue Depay y a los 45’ Blind los que aparecieron para definir de primera y poner un exagerado 2-0 para Países Bajos al final del primer tiempo. El primero fue un golazo, porque la tocaron 14 veces de izquierda a derecha a gran velocidad hasta el centro de gol.
La primera nota es clara: Si la Selección Argentina sigue en el Mundial deberá tener cuidado con las perdidas en mitad de cancha porque con pocos pases precisos salen disparados y ponen a un mínimo de tres jugadores en posición de ataque. También tiene puntos bajos, porque lejos están de ser un equipazo. Todo lo bien que van hacia adelante a veces no es igual a cuando retroceden. Estados Unidos encontró muchos espacios a la espalda del doble cinco conformado por de Roon y de Jong y desde allí pudo filtrar pases. Pero los norteamericanos no tienen peso dentro del área y por eso Ferreira salió en el entretiempo. Dependen mucho de Pulisic, su 10 y figura, que de arranque tuvo un mano a mano que Noppert le tapó con las piernas. Estados Unidos es intenso y juega bien, pero no puede traducirlo en goles y en octavos de final le pasó más de lo mismo.
El segundo tiempo amaneció con un cambio extraño. Van Gaal sacó a Klaasen, de un trabajo táctico impecable, y puso a Bergwijn. Países Bajos se quedó allí sin un quinto volante y Estados Unidos quebró el partido. Se la jugó por un 4-2-4 para matar o morir en los minutos finales. Y por eso fue de locos. Pulisic descontó a los 31′ y hubo cinco de locura. Hasta que Dumfries apareció solito por el segundo palo, puso el 3-1 y metió a Países Bajos en cuartos de final. Espera por Argentina o Australia.
A. C