El Millonario estuvo arriba dos veces con Rojas y Beltrán, pero el Fortín logró el 2-2 final con Pratto y Ortega. El equipo de Demichelis, seis puntos arriba del escolta San Lorenzo.
River sacó este lunes un empate 2-2 en el estadio José Amalfitani por la fecha 18 de la Liga Profesional que le sirvió para estirar en un punto la diferencia con su perseguidor San Lorenzo ahora los separan seis y castigó su falta de eficacia en los momentos que tuvo a su favor en el partido, que fueron más que los de un Fortín que tuvo su premio en no claudicar.
El primer tiempo arrancó a puro vértigo, con una visita que se vislumbraba más sólida en el mediocampo y un conjunto local con vestigios de peligrosidad con la explosión de Gianluca Prestianni en ataque. La joya de Liniers fue el primero en poner en aprietos a Franco Armani, pero poco después fue La Banda la que logró poner contra su arco al anfitrión agrandando la figura del Chila Gómez: el arquero evitó los gritos de Miguel Borja, Nacho Fernández y Esequiel Barco, y también había frustrado en primera instancia a Robert Rojas pero tras el rebote el paraguayo lo batió por derecha con un remate al segundo palo a los 25 minutos.
En lo que siguió, el conjunto de Martín Demichelis levantó el pie del acelerador e intentó poner el partido en el freezer. Pero a los siete del complemento revivió el equipo de Ricardo Gareca con un pase profundo del siempre peligroso Elías Cabrera que dejó a Christian Ordoñez en posición. de enviar un pase atrás que aprovechó Lucas Pratto para emparejar el marcador y desahogarse con los hinchas que lo resisten: festejó de frente a ellos, enseñando sus orejas en el típico gesto de “los escucho ahora”.
Lo que siguió fue de ida y vuelta. Diego Godín y Cabrera amenazaron para el Fortín, este último cuando parecía que era la visita el que saldría airoso con el correr de los minutos; Chila Gómez siguió redondeando una actuación consagratoria ante Pablo Solari y Nacho. Hasta que, a los 36, Andrés Herrera envió desde la derecha el centro para el cabezazo de Lucas Beltrán, quien cabeceó al primer palo lejos del omnipresente Gómez. Por cómo venía la noche, parecía un partido terminado, pero había tiempo para algo más. A los 41, Francisco Ortega metió un sablazo desde la izquierda y, ayudado por una reacción reprochable de Armani, lo convirtió en el segundo. Y hubieran seguido las emociones de ambos lados, pero ya era hora de cerrar la velada.
River se llevó un punto que le sirve, más allá del mal sabor de las dos ventajas malogradas. Y Vélez, más allá de sus pinceladas de recuperación, deberá seguir lidiando con la racha que lo persigue: ya lleva nueve sin victorias.
A. C