Hace años que buques de origen chino, causan desastres en los mares con pesca industrial que no respeta, vedas, temporadas y fronteras. Argentina, con su rica plataforma marina, es un blanco fácil.
Luego de depredar la fauna marina cerca de las islas Galápagos en Ecuador, una gigantesca flota de pesqueros chinos ahora opera hacia los mares del Sur, donde amenaza los ecosistemas de Chile y Argentina. Son cerca de 300 barcos industriales con una eslora de 60 a 80 metros y entre 25 y 40 tripulantes cada uno (conocidos como jiggers o poteros), que pescan calamar.
“El impacto ambiental de estos barcos es terrible. No tienen ningún control sobre la cantidad de ejemplares que capturan y los residuos tóxicos que tiran”, dijo a Milko Schvartzman, especialista argentino en conservación marina y miembro de la ONG Círculo de Políticas Ambientales.
Después del plancton, el calamar es la especie más importante en la cadena alimentaria en el Atlántico Sur, lo que preocupa a los expertos.
“Un tercio de las poblaciones mundiales de peces ya se encuentra en estado insostenible. No queremos que el calamar se transforme en una más”, dijo César Astete, director de la campaña de pesquerías de la ONG Oceana Chile.
Astete informa que los numerosos barcos chinos se mantienen en zona de pesca mucho tiempo, algunos por hasta dos años. A ellos se suman embarcaciones que proporcionan combustible, víveres y transbordo de carga. “Esa concatenación de situaciones es un riesgo para la biodiversidad”, añadió Astete.
Los barcos chinos también amenazan la economía de los países de la región. “Ellos compiten en los mismos mercados sin pagar impuestos, con combustible subsidiado y mano de obra esclava”, explicó Schvartzman.
Según ese experto, todos los tripulantes de los barcos chinos son indonesios, filipinos o africanos. Solo los capitanes y los oficiales son chinos.
“La tercera amenaza de la flota china es a la soberanía de los países. Cuando no hay vigilancia o presencia militar en la zona, estos barcos realizan pesca ilegal [en la zona económica exclusiva (ZEE)]”, señaló Schvartzman. “Y el Estado chino, aun sabiendo que lo hacen, no los sanciona.”
En mayo de 2020, la Armada Argentina capturó al buque chino Hong Pu 16, que pescaba en la ZEE con más de 300 toneladas de pescado en bodegas. En abril, la Prefectura Naval Argentina detectó al buque chino Lu Rong Yuan Yu 668, pescando a unos 390 kilómetros mar adentro de la ciudad de Puerto Madryn.
Los buques chinos muchas veces no son detectados porque apagan el sistema de identificación automática (AIS en inglés). “De los 300 barcos chinos, hay momentos en que solo 140 o 200 transmiten la señal. Algunos que no transmiten nunca. Otros transmiten y luego apagan el AIS por una semana”, dijo Schvartzman.
Algunos barcos manipulan el GPS y envían señales ficticias. “Detecté el caso de un barco que, mientras estaba en la zona de Galápagos, transmitía su AIS en una posición en el Polo Sur”, precisó Schvartzman.