Messi coronó un golazo de tiro libre para el 2-0 final ante Panamá, con 83 mil almas en el que celebraron en el Monumental. 800 tantos para el 10 como profesional. Thiago Almada, el otro goleador de la inolvidable noche.

 

Un tiro en el palo, una volada del arquero Guerra, una pierna cruzada tras remate de Messi. La pelota parecía no querer entrar en la noche del jueves en el Monumental, con 83 mil almas que fueron a festejar la tercera estrella junto a sus héroes modernos. Se hicieron esperar, pero los goles llegaron. Tarde, pero seguro. Fue finalmente 2-0 ante los suplentes de Panamá que vinieron a hacer un dignísimo trabajo. Thiago Almada y el 10, el mejor del mundo, le terminaron dando la victoria al equipo de Lionel Scaloni. Perdón, como corresponde decir, al CAMPEÓN DEL MUNDO. ¡Para seguir celebrando hoy, mañana y para siempre!

En medio del marco de jolgorio, Argentina salió a jugar un partido serio. Y por eso hubo cierto fastidio entre los players por no romper rápidamente el cero y dedicarles los goles a la gente. Lógico dominio local. Manejo de pelota ante una visita que se refugió con una línea de cinco atrás y otra de cuatro en el medio, apostando a las contras (apenas un remate de Quintero en lo más peligroso del PT). La Selección lo buscó esencialmente por el lado derecho de su ataque, con suma movilidad de sus jugadores, pero le faltó la puntada final. Messi estrelló un tiro en el palo tras un tiro libre (dura falta a él en la previa). Y también contó con otras dos que le taparon en el área chica luego de rematar. Álvarez, Mac Allister y Enzo Fernández también contaron con diferentes chances en los 45 minutos iniciales.

Scaloni metió mano, apelando al banco para el comienzo del ST: adentro Lautaro Martínez, Thiago Almada y Lisandro Martínez, dándoles rodaje a los que no habían iniciado. Con Messi como siempre como abanderado, la Selección probó de todos lados ante una defensa y un arquero visitante que aguantaron los cascotazos. Leo probó de tiro libre dos veces, intentó también un olímpico desde un tiro de esquina y hasta Di María buscó desde afuera, pero Guerra respondió una y otra vez. Los panameños, que avisaron únicamente con una aparición de Stephens que pasó muy cerquita, trataron de enfriar el encuentro haciendo algo de tiempo, pero Argentina insistió e insistió. Tendría su premio.

Entraron Dybala, Paredes y Acuña para tratar de romper ese cerrojo y, después de ir tanto al cántaro, el pájaro encontró frutos y agua en su fuente. El score se abrió a los 33 minutos: nuevo tiro libre del 10, palo y rebote para Almada, poniendo el esperado gol. Y diez minutos más tarde, el crack de PSG volvió a aparecer para su gran revancha y para gritarlo con las 83.196 fanáticos presentes en el coloso de Núñez. Perfecto remate de pelota parada para el 2-0 merecido. Esta vez, sí. Nueva ovación. 800 gritos como profesional, por si fuera poco. Y final con broche de oro.

A. C