Las comunidades que piensan estratégicamente equilibran el poder y no dan discrecionalidad absoluta al Poder Ejecutivo de turno. Las elecciones de medio término suelen servir para que los cuerpos legislativos representen más y mejor la diversidad política de un territorio y sus vecinos.

 

Las elecciones PASO de septiembre último en el distrito de Tres de Febrero arrojaron varias lecturas que no pueden pasar inadvertidas. Por un lado, la primera y más evidente: el oficialismo local obtuvo una ventaja importante, aunque modificable, respecto del Frente de Todos (Juan Debandi), que se vio postergado entre otros factores por la merma en la cantidad general de votantes (inferior al 70%), la atracción propia de la interna de JUNTOS entre Diego Santilli y Facundo Manes (si bien no había disputa en el tramo municipal), un cierre de listas con algún nivel de polémica entre el sector orgánico del justicialismo local y la Mesa Peronista, y las múltiples ofertas electorales propias de una primaria.

En el segundo pelotón se juntaron tres fuerzas políticas muy diferentes entre sí, cuyos resultados en algunos casos sorprendieron y en otro muy puntual, decepcionó. La izquierda tradicional (Facundo Pilarche) y la derecha influencer (Facundo Soraci) respectivamente, superaron los 5 puntos porcentuales cada una, relegando a un quinto e incómodo lugar al Frente Vamos con Vos de Florencio Randazzo, que lleva al oficialista y actual funcionario municipal, Hernán Jofré, como 1er candidato; sobre todo porque dicho espacio aspiraba, al menos, a renovar una de las dos bancas de concejales que pone en juego (Martín Jofré y Sandra Lizarraga).

Más atrás en las preferencias ciudadanas se ubicaron las listas de Más Valores de la ex macrista Cynthia Hotton, el vecinalismo (TIVE) con la novedad de una propuesta de neto corte localista que no pasó el corte del 1,5% por escaso margen en su primera incursión lectoral, y la alternativa de un peronismo ortodoxo que se alineó con la precandidatura del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Más rezagadas, hallamos a otras opciones menores ubicadas por debajo del punto porcentual, pero cuyos votantes ahora habrán de buscar otras referencias.

Este escenario nos muestra que, si bien la polarización que propone la grieta no ha sido eludida en el distrito, existe una variada y colorida gama de preferencias políticas que no ha hallado en ella una respuesta satisfactoria. Lo negativo, no obstante, es que ninguna de las otras fuerzas ajenas a los dos grandes polos estaría alcanzando el piso electoral de 8,33 % para lograr una banca en el Concejo Deliberante, lo que supondría por primera vez en muchos años que la representación legislativa no refleje la pluralidad de voces que es propia de nuestra comunidad, y que alrededor de un 20% del electorado quede completamente ausente de la institucionalidad distrital.

En vísperas de los comicios y dada la importancia que una nueva posta electoral tiene para cualquier sociedad, creo necesario que todos pensemos con análisis crítico e independencia de criterio, en pos de lo mejor para Tres de Febrero. La concentración de poder nunca ha favorecido los intereses populares, más aún cuando se toman como “plebiscitos” que alientan a los fanáticos a la profundización de personalismos que nula contribución reportan a la democracia. Todo voto que vaya en la dirección de equilibrar el poder y poner en entredicho abusos como el estacionamiento medido (SEM) o apunten hacia un distrito con mayores prioridades sociales y de seguridad, está bien encaminado. ¡Quiera el pueblo votar!

 

Ricardo Tejerina, 11/11/2021

Lic. en Gestión del Arte y la Cultura. Ex subsecretario de Cultura de Tres de Febrero.