El periodista falleció este viernes en su casa, los 51 años producto de una enfermedad terminal que se le habían diagnosticado hace más de un año.

 

El mundo del espectáculo sufre una de las pérdidas más dolorosas, esas que son difíciles de explicar, quizás la despedida empezó hace un tiempo cuando Gerardo Rozin en el abril del año pasado se tomó una licencia de casi un mes por un problema de salud, del que nadie hizo alusión a esa situación, volvió a trabajar y a llenar de lindos momentos esa Peña, en donde pasaron artistas de la talla de Sandra Miahanovich, Soledad Pastouritti, Jairo, Luciano Pereyra y tantos otros.

Mientras él ponía su cara durante las cinco horas del aire su vida cuando se apagaban las cámaras era totalmente distinto, empezába a luchar contra una enfermedad que era terminal, el rosarino le puso el pecho a la situación y siguió trabajando hasta hace unos diez días cuando poco a poco su cuerpo se fue apagando hasta la noche de ayer en donde finalmente su sufrimiento se había terminado. Rodeado de su familia y amigos se fue en paz porque hizo todo lo que se propuso en su vida.

Rozin era un periodista de la vieja escuela, ese que le importaba que el invitado se sintiera bien, cómodo, dándole un lugar de importancia absoluto. Apasionado por su laburo, trabajador inalcanzable, productor todo terreno que fue capaz de brindarle un espacio a los artistas tanto a los que son consagrados como a los que recién empiezan. Puso a la cultura y música en un lugar de privilegio, supo crear ciclos emblemáticos como Gracias por Venir, Morfi, La Peña de Morfi y tantos otros éxitos.

Hoy Argentina pierde a un periodista de los que ya no hay, que deja un legado alucinante, aprenderemos a vivir con su ausencia física pero viviremos para siempre recordarlo porque a la gente buena no se la olvida nunca más.

Gerardo Rozin en su última aparición pública en La Peña de Morfi el 27 de diciembre del año pasado.

A.C