Un total de 52 muertos, y más de 780 heridos se recuerdan cada 22 de febrero en la estación de trenes.
8.32 hs del 22 de febrero de 2012, en el ingreso a la estación terminal de trenes de Once en la Capital Federal, se produjo una de las peores tragedias ferroviarias de la historia argentina. La formación matrícula 3.772, chapa 16, con 1500 pasajeros impactó contra el parachoques al ingresar a la estación a 20 km por hora (5 veces más de lo normal). No pudo frenar.
Los ocho vagones de la formación chocaron entre sí, especialmente los primeros dos que quedaron aplastados. El saldo del horror fueron 52 muertos y más de 780 heridos. Cada año, el mismo día, a la misma hora, familiares y sobrevivientes se reúnen in situ para recordar el fatídico día en que sus vidas cambiaron para siempre.
Familiares y víctimas, afirman que la tragedia podría haberse evitado. Las investigaciones correspondientes mostraron que el tren, que databa de 1958, no recibía el mantenimiento adecuado, salvo el indispensable para circular. Además, se comprobó que había hacinamiento dentro del tren, habiendo 7,5 personas por metro cuadrado en lugar de 5 como indica el máximo.
Las familias aún piden justicia. En el juicio oral iniciado en marzo de 2014 hubo 28 imputados entre funcionarios públicos, los dueños de la empresa concesionaria TBA y el motorman. En 2015, 21 fueron condenados. Sergio Cirigliano (dueño TBA) recibió una pena de 9 años de prisión, Schiavi (Secretario del Transporte al momento de la tragedia) condenado a 8 años de cárcel, luego reducido a 5 años y 6 meses, hasta que en noviembre 2021 recibió el beneficio de la libertad condicional. Jaime (funcionario antecesor a Schiavi) obtuvo 6 años, y el conductor del tren, Córdoba tuvo 3 años y 3 meses de prisión, recibiendo también en 2021 la libertad condicional. En 2018, en un segundo juicio, Julio De Vido (ex ministro de Planificación Federal) fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión, por administración fraudulenta, pero eximido de culpa por las muertes.
La tragedia de Once, como fue conocida, exhibió el deterioro del sistema de trenes argentino. Aunque varias medidas se tomaron luego del hecho, aún perdura el dolor de esas familias que perdieron a sus seres queridos, y aquellos que experimentaron en carne propia el suceso, esos que nunca volvieron a vivir del mismo modo. Hoy 8.32, a diez años volverán a sonar las sirenas en recuerdo a las víctimas.
F.R