Tenía un carisma inigualable. Con sus chistes, ocurrencias y canciones, marcó a generaciones de argentinos.

 

Murió este viernes Carlitos Balá a los 97 años y las lágrimas se multiplican en generaciones de argentinos que crecieron y rieron con su humor inigualable. El queridísimo actor cómico había sido internado ayer jueves en el Sanatorio Güemes, luego de sufrir una serie de mareos, lo que hizo que lo llevaran hasta allí y lo dejaran internado en observación.

La confirmación partió de su nieta, Laura Gelfi, que dijo que Carlitos Balá dejó este mundo el mismo jueves, a las 21.30. “Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor”, expresó la joven a Teleshow sobre la partida de su abuelo.

Sus restos serán velados en la Legislatura porteña (Avda Julio Roca 575), entre las 14.30 y las 21, y será para público en general, para quienes quieran darle un último adiós a Carlitos Balá.

Los últimos años, cuando él ya había pasado largamente los 90 y aún sorprendía por su vitalidad, fueron también los años de reconocimientos. Parecían multiplicarse.

Hasta el Papa Francisco lo nombró “Embajador de la Paz” por sus contribuciones solidarias. En las principales citas de la comunidad artística, había un espacio para él, para Carlitos Balá. Para aquel merecido reconocimiento. Como fue la “mención de honor” en los Premios Estrella marplatense o el Martín Fierro a la trayectoria (2011).

Premiado donde fuera:

También tuvo distinciones en la Legislatura porteña (2009), allí donde resumió sus sentimientos de esa última época: “Soy un tipo feliz haciendo reír. Siempre hice reír y les doy gracias a todos por acordarse de mí, llevó más de 60 años de trabajo y vocación”.

Hasta la Recoleta lo había proclamado su “Vecino Ilustre” o el Club Chacarita y la línea 39 le homenajeaban, recordando algunas andanzas juveniles de Carlitos.

A. C